miércoles, 6 de octubre de 2010

La Investigación Científica en nuestro país


La investigación científica en nuestro país no se ha desarrollado porque los centros universitarios no sustentan su desarrollo en su aplicación. La verdadera investigación es aquella cuyos resultados aportan con nuevos conceptos, reafirman conceptos previos siguiendo una metodología claramente establecida, es decir el sostener una hipostes que será sometida al estricto rigor de una verificación con su ratificación o en su defecto, rectificación.

De todos los campos donde la investigación es aplicable, en donde menos se sigue el rigor científico es el médico. No tanto porque no haya temas a ser estudiados sino por la poca preparación del estudiante de medicina y luego del profesional graduado en este campo. La responsabilidad no solo es del profesional de salud, sino también de los centros de formación académica, lugares que deberían constituir la fuente principal de investigadores bien entrenados. Lastimosamente los centros universitarios se remiten casi exclusivamente a la formación de conocimientos teóricos, pero muy poca o ninguna experiencia práctica en el planteamiento teórico de una investigación o de su desarrollo.

Una medida estandarizada a nivel mundial es el número de profesionales que obtienen títulos académicos de postgrado (maestrías en Ciencias- M.Sc.- o doctorados en Fisiología Ph.D.-). Mientras en países vecinos al Ecuador, su número es muy elevado (Venezuela con aproximadamente 15,000, Colombia con casi 5,000 y Brasil con otros tantos), en nuestro país escasamente tenemos un número que bordea los 300, de acuerdo a datos de Fundacyt (Fundación para la Ciencia y la Tecnología del ecuador)

La producción científica se hace a través de 16 revistas indexadas y el volumen de datos representa el 1% de la información científica producida en el Mundo. En el Ecudor no tanto es un problema el número de revistas, sino su supervivencia. La mayor parte de ellas no sobreviven por falta de apoyo por parte de científicos que publiquen.

Mientras la investigación no sea una política de estado y se vea en ella como uno de los mecanismos para salir del subdesarrollo, mediante la complementación de los intereses científicos y las necesidades de una sociedad y de las exigencias del sector productivo, nunca se logrará el surgimiento de una gneración de investigadores. La ciencia se debe desarrollar en todos los campos en los que el ser humano es el centro, tratándose de ciencias humanistas, el fin de la ciencia en el bienestar del hombre.

En los últimos 10 años la Fundacyt (Fundación Ciencia y Tecnología) de Ecuador, ha auspiciado un sin número de proyectos de muy distinta índole, siendo una de las prioridades la biomedicina, ha apoyado el desarrollo de laboratorios en lo que la aplicación de la biotecnología es la norma. Como la conceptualización e incorporación de los métodos moleculares en los algoritmos médicos, han sido implementados recientemente, muchas de la tecnología ha sido transferida inmediatamente y paralelamente se ha enviado a preparar en el extranjero a científicos para poder dar continuidad a los proyectos desarrollados.

Esta función, de exclusiva responsabilidad de los Ministerios de Estado, no ha podido ser cumplida.

Ni siquiera existe presupuesto para programarla, menos aún para ejecutarla. La mayor parte de los esfuerzos se han logrado mediante esfuerzos aislados de personas o instituciones para satisfacer una necesidad puntual y por lo general cuando se trata de un esfuezo personal, al retornar al país no tiene un espacio para poder revertir sus conocimientos en beneficio de su institución, de su país y de la población, en caso de entrenamientos en problemas de salud pública. Esto contribuye no solo a la fuga de personal altamente calificado, sino también al estancamiento del desarrollo tecnológico del país.

La ciencia va de la mano con la investigación. La tendencia actual del mundo es llevar adelante investigación que sea de utilidad publica, más todavía cuando se trata de investigación en biomedicina. Las instituciones deben apoyar no solo la formación académica teórica, sino el entrenamiento en los puntales de la investigación como son los conceptos de la ciencias básicas y la estadística, mecanismo mediante el cual se presenta o se establece la relevancia de un estudio médico o científico, sin importar el área en que se lo ha desarrollado.

Mientras esto no suceda, lo que observamos es que nuestros profesionales verán como las cosas suceden en otras partes del mundo sin lograr ser gestores de avances en las ciencias.

Juan Carlos Ruiz, MD

Jefe de laboratorio Clínico

Hospital de SOLCA-GUAYAQUIL

martes, 5 de octubre de 2010

Un mensaje por George Carlin



La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios mas altos y temperamentos mas reducidos, carreteras mas anchas y puntos de vista mas estrechos. Gastamos mas pero tenemos menos, compramos mas pero disfrutamos menos. Tenemos casas mas grandes y familias mas chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos mas grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, mas expertos pero mas problemas, mejor medicina pero menor bienestar.
  
Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reímos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiado televisión y oramos muy rara vez.
  
Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.
  
Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.
  
Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos mas pero aprendemos menos. Planeamos mas pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.
  
Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y cortedad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales. Hoy en día hay dos ingresos pero mas divorcios, casas mas lujosas pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descártable, acostones de una noche, cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar. Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tu puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas.
  
Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre.
  
Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejara de ti.
  
Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo.
  
Acuérdate de decir te amo a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente. Un beso y un abrazo puedes reparar una herida cuando se dan con toda el alma.
  
Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.
  
Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus mas preciadas ideas.
  
Y siempre recuerda:
  
La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.
  
George Carlin.  







lunes, 4 de octubre de 2010

El verdadero responsable del caos



No puedo dejar de pensar que el Sr. Presidente podía haber evitado todo lo que sucedió el 30 de Septiembre,  día que será recordado como el día del Secuestro  y  del Saqueo.  Es sorprendente como un líder   con  vasta experiencia y ducho en estas lides se deje sorprender al acudir a la boca del lobo con el objeto de razonar con personas que de antemano cualquier mortal se daría cuenta, estaban ávidos de bronca y de pelea por decir lo menos.  Solo un hombre sin imaginación lleno de soberbia y prepotencia podía arriesgar al país a un estado de sitio como el que se vivió. No es mi deseo decir por temor a equivocarme lo que el Presidente debía haber hecho, pero si quiero expresar el sentimiento de muchos de lo que el Presidente no debió jamás haber hecho.