Publicado en el Diario El Universo
Es inaudito ver cómo el Gobierno resta importancia al incremento de la delincuencia, lo cual no es una excepción, y cuando sucede –lo cual es a cada instante– nos recrea a la ciudad con el famoso estado de excepción, cuyo término resulta vago e incomprensible, porque no es una excepción que el Ejército salga a las calles para combatir la delincuencia (lo ha hecho muchas veces), y el resultado sigue siendo el mismo, o tal vez peor.
Es inaudito ver cómo el Gobierno resta importancia al incremento de la delincuencia, lo cual no es una excepción, y cuando sucede –lo cual es a cada instante– nos recrea a la ciudad con el famoso estado de excepción, cuyo término resulta vago e incomprensible, porque no es una excepción que el Ejército salga a las calles para combatir la delincuencia (lo ha hecho muchas veces), y el resultado sigue siendo el mismo, o tal vez peor.
La delincuencia ha aumentado (aunque algunos dicen que no es así) por la caótica situación económica que vive el país; pero la Policía también se ha incrementado, se le ha subido los sueldos, se manda a oficiales a especializarse, se le da armas (aunque no sé si les siguen cobrando las balas), tienen equipos altamente calificados y hasta vehículos con toda tecnología; sin embargo, hasta el momento los resultados son conocidos por toda la ciudadanía: sicariato por doquier, secuestros express, robos, violaciones, asesinatos...
Estamos, Presidente, en un estado de emergencia, no de excepción.